Altitud

domingo, 16 de septiembre de 2007

EL DESAFIO FISIOLOGICO DE LA ALTURA:

Muchas personas salen a la montaña para escalar, esquiar, caminar o disfrutar las vacaciones. La afición ha ido ganando adeptos con la mejora de las comunicaciones y la perfección de los equipos. Como cifras de muestra, entre 1903 y 1912, solo 42 montañeros intentaron alcanzar la cima, de 6218 metros, del monte McKinley, en Alaska, y ninguno lo consiguió; de 1988 a 1990 hubo 2923 conatos, y 1659 éxitos.
La escalada o el montañismo en baja altitud no plantean prácticamente ningún problema médico específico. Por el contrario, desde el momento en que el hombre sobrepasa los 3.000 metros, todo esfuerzo supone un enorme problema: ha aparecido la hipoxia de la altura. La enfermedad aguda de montaña, en sus diversas manifestaciones, aparece cuando la velocidad de ascenso excede a la de aclimatación, y es debida a los ajustes y disfunciones que provoca en el organismo el descenso del contenido de oxígeno arterial.
Más de 40 millones de personas viven, trabajan, y/o realizan actividades recreativas a elevaciones entre 3.000 y 5.500 metros por encima del nivel del mar.
Los niveles de altitud se definen según la TABLA I:
Definición Pies Metros
Alto 8.000-12.000 2.438-3.658
Muy alto 12.000-18.000 3.658-5.487
Extremadamente alto > 18.000 > 5.487
Aunque los habitantes de las grandes alturas viven en ellas sin problemas, la exposición prolongada de una persona no aclimatada a una altitud de este orden, puede causarle la muerte por hipoxia, incluso aunque la persona permanezca inactiva 14
Por encima de los 5.000-5.500 metros, la vida humana permanente parece imposible. Sin embargo, el hombre es capaz, gracias a los mecanismos de aclimatación, de vivir, e incluso de mantener una actividad física intensa 15. No obstante, ninguna comunidad humana vive permanentemente en esos niveles.
El desafío fisiológico es mucho mayor durante la actividad física.
Este desafío de la altura es causado por la presión parcial disminuída del oxígeno ambiental, y no por la presión barométrica total reducida en sí. Esta reducción de la pO2, y la acompañante hipoxia arterial es la que precipita los ajustes fisiológicos inmediatos, además del proceso a largo plazo de la aclimatación.
A nivel del mar, la presión atmosférica es de 760 mm Hg . A los 1.000 m ya solamente es de 674 mm Hg, pero a los 4.000 es de 462 mm Hg. Dado que la concentración de oxígeno sigue siendo aproximadamente igual, la presión parcial de éste desciende considerablemente, y por tanto, la presión parcial en el aire alveolar, y como corolario, la saturación de la hemoglobina sanguínea, el contenido de oxígeno y su transporte, por lo que el suministro a los tejidos puede verse gravemente comprometido.

TABLA II
Altitud (m) bar Tor piO2 pA O2
0 1013 760 159,61 99,73
500 954 716 150,36 90,49
1000 898 674 141,54 81,67
1500 845 634 133,14 73,27
2000 795 596 125,16 65,29
2500 746 560 117,61 57,73
3000 701 525 110,25 50,38
3500 657 493 103,53 43,66
4000 616 462 97,02 37,15
4500 577 433 90,93 31,06
5000 540 405 85,05 25,18
5500 505 379 79,59 19,72
6000 472 354 74,34 14,47
6500 440 330 69,31 9,43
7000 411 308 64,68 4,81
7500 382 287 60,27 0,4
8000 356 267 56,07 -3,8
8500 331 248 52,08 -7,79
9000 308 231 48,51 -11,36
9500 285 214 44,94 -14,93
10000 264 198 41,58 -18,29

La tabla II muestra el descenso de la presión barométrica conforme se asciende. Los cálculos han sido efectuados en condiciones ideales suponiendo un mantenimiento de la densidad del aire hasta las alturas reflejadas, y calculando la presión parcial del oxígeno alveolar mediante la ecuación del gas alveolar. Como se ve, a partir de los 8.000 m de altura, no existiría suficiente oxígeno en los alveolos si se mantuvieran las condiciones de ventilación estables como a bajas cotas. La hiperventilación, al descender el CO2 hace modificar los parámetros de la ecuación, en el mismo sentido que el descenso en la humidificación del aire que llega a los alveolos, ya que, tanto el extraordinario aumento de la ventilación, como la extremada sequedad del aire a grandes alturas hace que sea muy dificil alcanzar la presión parcial de vapor de agua que este tendría si estuviera a saturación. Ambas condiciones han permitido en el pasado, ascensos a cotas extremas incluso sin oxígeno adicional, si bien a costa de grandes periodos de aclimatación, y durante escasas horas. De hecho, la hiperventilación es tan necesaria que persistirá incluso cuando el sujeto se haya aclimatado totalmente.
2004

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